jueves, 29 de abril de 2010

En busca del Aura perdida

He leído por ahí que Adorno y Horkheimer son los cabecillas de la industria cultural. Dicen que el arte ha muerto desde el momento en que puede reproducirse, y que en cuanto se contemplan copias y no originales se pierde el aura, y que por tanto, el arte muere.
Walter Benjamín está con los de la industria cultural y dice que el aura se pierde con la reproductividad; en la época de la reproducción técnica se atrofia el aura de la obra de arte.
Al multiplicarse las reproducciones se sustituye la presencia irrepetible de la obra por la repetición y su perduración por la fugacidad (supongo que todos estos términos estarán relacionados con la posible vulgarización de la obra…esto, al menos es lo que escribe Aldous Huxley).
Según todo esto, el aura está relacionado con la unicidad de la obra. El original de una obra es, por tanto, único.
Me imagino que esto estará bien aplicado para la arquitectura, la escultura y la pintura.
Más tarde he leído alguna cosa de un tal Paul Valéry diciendo que “es preciso contar con novedades que transformen toda la técnica de las artes, llegando quizás hasta a modificar de una manera maravillosa la noción misma del arte”.
Bien, agarrándome a esta última frase me pregunto si se puede aplicar lo expuesto por Adorno, Horkheimer y Benjamín a otras artes como el cine; como la música.
Personalmente (y admito que mi gusto no es muy común) disfruto más con la música grabada que con la música en vivo. La tranquilidad y la capacidad para darte cuenta de los matices la encuentro escuchando música con auriculares sentado en mi casa o dando un paseo o en cualquier otro sitio indeterminado. No tiene porqué ser una sala de concierto o un magnífico salón de envidiables condiciones.
La música grabada para mi carece de la fugacidad que tiene la música en vivo, es perdurable, y puede ser, en cada escucha, irrepetible (puesto que esa escucha depende de muchos factores).
En resumen, la música grabada debe tener aura. La época de la reproducción técnica le ha proporcionado eso, le ha dotado de perdurabilidad.
Bajo mi punto de vista se ha modificado ya la noción misma del arte en general, y la de este arte, la música, en particular.
También creo que ha cambiado la noción del concepto de “músico”. Gracias a la ayuda de las nuevas técnicas de grabación ha cambiado la idea tradicional que se tenía de música. Ya lo dejaron claro los Beatles cuando prefirieron encerrarse en el estudio de grabación a hacer conciertos en directo y crear discos como el Sgt. Peppers o canciones como Tomorrow Never Knows. Es más, ahora el hacer música está al alcance de la mayoría. Ya no sólo tiene aura la música en directo y quien la interpreta; el aura la puedes encontrar en cualquier sitio con unos auriculares , ya que ni el espacio ni el tiempo son lo que han venido siendo desde siempre, y puedes hacer que el aura salga de su escondite grabando en cualquier lugar, con medios mínimos y en condiciones mínimas. ¿ No desarrolló Einstein la Teoría de la Relatividad en un cuartucho de una oficina postal?. O no se qué poeta del Renacimiento ( ahora no me acuerdo quien era, creo que Fray Luis de León), ¿no creó una de sus obras poéticas claves en la cárcel?.
Así que, si las musas pueden transitar por cualquier espacio y cualquier situación; el aura se debe mantener (al menos en la música y el cine) con cualquier formato.
Bien… opinen ustedes.
Atentamente
Arín Dodó

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