lunes, 26 de abril de 2010

De Poliedro Kobold y Arín Dodó

Ya he dicho muchas veces que Poliedro Kobold fue el germen del actual Arín Dodó. El Poliedro hacía música rock decían, entre garage e indie... o al menos eso comentaron de la primera maqueta del grupo (Kobold 1) en el programa de Jose María Rey, "Bulevar", cuando emitieron el tema "Numbers" (se puede descargar la maqueta completa y la emisión de Radio 3 en arintonadodo.com, en las secciones de Música y Radio, respectivamente). "Numbers" es un tema directo, inmediato, sin solos de instrumentos, precisamente para reforzar la sensación de inmediatez y de simplicidad buscada por ese colectivo. Hay entradas y salidas de acoples de guitarra en un momento dado, que entran por un lado del oído y se van hacia el otro (se aprecia mejor con Auriculares), como en un partido de tenis, no hay armonía de ningún tipo en esos momentos y también se oye un piano que no parece estar de acuerdo con los otros instrumentos... y la voz, diciendo números sin cesar. "La letra y el significado de las palabras no importa", aúllaban los Kobold, "sólo interesa la fonética de esas palabras, el sonido de las mismas acompañando a la parte musical". "El mensaje y demás pamplinas son efectos extramusicales que pueden despistar al oyente y adulterar la audición". Dadaísmo directo e inmediato, tal y como dijeron en Radio 3.
Estas ideas se repiten en otros temas de esa obra: I Like It (con un solo de guitarra grabado al revés con un slide, pero sin relación ninguna con los acordes que van de fondo), Away ( con un efecto de guitarra grabado analógicamente y cambiando el pitch de la cinta. Parece que hay un tornado en esa última parte del tema); o White Light, con un piano aporreado; o Waiting, con dos saxos contrapuestos...
En definitiva, si comparan este trabajo con los más recientes de Arín Dodó, por ejemplo, "Lección magistral impartida por el Pretor de la República de Anatolia", o "Doce maneras de evitar a un idiota"; aparentemente y formalmente pueden parecer totalmente distintos, debido a que los instrumentos ya son acústicos (chello, contrabajo, trompeta...), y el ritmo ya no es frenético, es bastante lento, y la voz en apariencia, está serena; pero con una escucha más atenta y pausada, se pueden dar cuenta que los planteamientos son los mismos que los anteriores, pero más evolucionados, más drásticos y más radicales aún: ausencia total o casi de armonía, letras surrelistas y sin significado la mayoría de ellas. Diálogos sucintos de violencia y sudor; Los Designios del Señor no tienen valencia; La Diosa del Nepal; Coffen der Idioten son ejemplos claros de lo que estoy contando. No tienen armonías ni tonalidad clara, la voz y los textos se incluyen para darle forma al tema musical y en ellos aparecen ametralladoras en lugar de solos de instrumentos, trompetas que suenan a ventosidades espontáneas, discursos que parecen sacados del III Reich y contrabajos y percusiones que no siguen ningún patrón definido. La Diosa del Nepal, por ejemplo, se compuso a partir de tres fragmentos de varios acordes unidos totalmente sin ningún criterio; unidos por el azar objetivo (otra vez).
Lo mismo podría decirse de su "Rítmica y Tímbrica Infrahumana Lifasofioica"; aunque este tema dure 15 minutos, puede decirse que cumple con las ideas de minimalismo, simplicidad e incoherencia de los pioneros Kobold y de su progenie: Arín Dodó.
Bien, si alguien tiene ganas de adentrarse en los dominios de un autor desdichado, autónomo y exento de suerte que visite arintonadodo.com; y sino que espere a que la muerte le guiñe un ojo y le seduzca después.

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